BUENOS AIRES.- El debate en torno al matrimonio gay continúa sumando nuevos capítulos y declaraciones cruzadas entre legisladores que el miércoles deberán tratar el proyecto de ley en el recinto del Senado, propuesta que ya obtuvo media sanción en Diputados. Ese día se decidirá si la Argentina se convierte en el primer país de América latina en garantizar el derecho de las personas del mismo a sexo a contraer matrimonio.
El nivel de politización al que llegó el debate, profundizando la pelea del Gobierno con los obispos, llevó a que muchos consideren el proyecto como "la 125" de la Casa Rosada en materia religiosa, en un curioso parangón con la resolución sobre las retenciones móviles que hace dos años desató el conflicto con el campo. Y a que se equipare la marcha que la Iglesia promueve para mañana contra dicha norma, con la movilización que hizo el campo en Palermo, ante del debate en la Cámara Alta.
Como entonces, el Gobierno y la Iglesia ponen mucho en juego. El oficialismo tiene problemas en el Congreso y un nuevo traspié lo dejaría debilitado. Y los obispos corren con el riesgo de que la convocatoria no sea masiva. Y de perder la votación en la sesión del miércoles. Por eso, las partes juegan fuerte.
"Es un debate que está tomando ribetes complicados. Desde el punto de vista del derecho es muy sencillo, se trata de conferirle derechos a una minoría que no los tiene; todas las demás interpretaciones no ayudan a desentrañar una cuestión elemental", señaló el senador Luis Juez (Córdoba), en declaraciones a radio "Mitre".
Por su parte, la senadora Sonia Escudero afirmó que el proyecto de ley aprobado en Diputados "es jurídicamente defectuoso", al sostener que dicha iniciativa "avasalla los derechos de la mayoría". "Nosotros hemos avanzado en la unión civil y en ese sentido no es esconderse en la hipocresía", añadió en declaraciones radiales.
En tanto, la senadora Liliana Negre de Alonso también se mostró a favor de la unión civil como alternativa al matrimonio entre personas del mismo sexo .
"La unión civil es una salida intermedia, es un camino intermedio que está aceptada por todo país, que es unánime. Hay que reconocer los derechos de estas personas", indicó en declaraciones a "Radio 10".
El jueves, el cardenal Jorge Bergoglio sostuvo que el proyecto es una "pretensión destructiva al plan de Dios". Lo hizo al llamar a la movilización. Esperan que decenas de miles de fieles se sumen para demostrar así que su poder de convocatoria se mantiene intacto. Para eso, se llamó a otros credos. (NA-Especial)